lunes, 29 de noviembre de 2010

A(em)prender

¨El mundo es una mierda¨ dice un señor. Me pregunto de que mundo esta hablado ¿Será el mundo que creamos tal vez? ¿En el que vivímos, en el que nos movemos, en el que pensamos, en el que dedicamos toda nuestra energía, el que defendemos? Con todos su entretenimientos, sus distracciones, sus espectáculos, su trabajo que parece pretender estar ajeno a todo el proceso de la vida. Toda esa media vida girando sobre lo mismo. Ese mundo, insignificante, es como un adulto berrinchudo y emprendedor, con los pañales sucios. No es por lo emprendedor, sino porque sigue cargando con sus pañales sucios y sus berrinches. Su emprendedurismo (su dureza emprendedrora) es sólo un método para conseguir su capricho. Pero el mundo real es inmenso aún en su mas diminuta expresión, sorprendente, justo y equilibrado mas allá de cualquier juicio. Emprendedor sin esfuerzo, sin meta, sin plan de acción, tal vez con una justicia y un equilibrio incomprensible, porque no observamos realmente. Inaccesible desde nuestra torpe mirada, obsesionada en conseguir resultados rentables. Donde la palabra justo y equilibrado no podrían explicar su ritmo vivo, su orden exquisito e inmediato, su profunda Belleza... Belleza sólo visible cuando abandonamos todo lo que nos pertenece.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Darse cuenta

"Darse cuenta" inmediato, espontáneo. Uno lo ¨ve¨ esta ¨ahí¨ muy claro, no se necesita abrazarlo, ni actuar sobre él. El comprender, abrazar algo, rodearlo por todas partes, penetrarlo, parece ser un proceso sutil del pensamiento que surge de la necesidad, de la intención, tal vez también del miedo. Algo que comienza y acaba, sujeto al tiempo, hoy no comprendo mañana comprenderé, debo comprender. Luego todo el elaborado palabrerío para tratar de describir eso que uno a comprendido, que ha penetrado, que ha abarcado. Alcanzar aquello. Toda esa evolución desde este punto a aquel y lo que implica, todo ese trayecto con sus idas y vueltas, con su laberintos, problemáticas y juegos. Pero un se pregunta, que sucede cuando la búsqueda cesa, no en el sentido de abandonar esa búsqueda y seguir con otras búsquedas más superficiales o mas profundas, sino cuando la búsqueda se acaba absolutamente y sólo queda ¨ese observar¨, donde es posible el "darse cuenta", ¨ver¨ ¨eso¨ que está más allá de cualquier proceso cognitivo. Sólo queda lo que Es, el hecho. Descubierto, ahora, porque ha dejado de estar teñido por cualquier búsqueda, por cualquier condicionamiento o aparente necesidad interior que distorsionaba su visión. Porque la búsqueda implica también el objeto deseado a encontrar. Allí en el deseo de la búsqueda puede encontrarse cualquier tipo de condicionamiento consciente o inconsciente actuando. Es decir quiero encontrar aquello para estar mejor o para comprender mejor. Para ser una mejor persona, para construir un mundo mejor, etc. ¿Será quizás dejar de lado incluso la búsqueda en si, la idea que uno tiene de búsqueda? Y en esa claridad que no esta interrumpida por ninguna opinión propia, particular, sin ningún deseo de realización personal, de lo que debería ¨ser el buscar¨, del que nada pretende encontrar, allí ¨encontrar¨, ¨ver¨ realmente la verdad, ¨eso¨, ¨darse cuenta¨, cuenta de lo que hacemos, de lo que decimos, de lo que pensamos, de lo que queremos, todo eso, todo ese condicionamiento, consciente e inconsciente. Sólo observarlo. Atentos, sin pretender hacerlo encajar en teoría alguna.  Si tratar de sacarle provecho. Sólo ver.

Si buscamos, es posible que encontremos lo que queríamos encontrar. Ahora si sólo ¨vemos¨, con profunda claridad, sin que ni el mas mínimo  rastro de personalidad y opinión se cuele en esa visión.(y si se cuela también observar eso) Es posible, tal vez que veamos la realidad, lo que Es y no sólo lo que queremos o no queremos, lo que nos gusta o lo que no. Lo que queremos o lo que no queremos sólo lleva nuestras búsquedas a lo que ya de algún modo sabíamos que íbamos a encontrar, agradable o desagradable. De todas formas a pesar de ser descubiertas estas cosas, descubiertas por el pensamiento, continúan. ¿Por qué no cambiamos? Eso es otra trampa de ese que comprende. El ego triunfador que ha alcanzado aquello, esa comprensión, esa iluminación y se a conformado con la explicación. Tal vez luego venga el abandono porque ahora: ¨Yo ya sé¨. Ya sé como esto ocurre, sé sus procesos, sé de su origen (solo intelectualmente), y esa idea y sus explicaciones pasa a ser parte del conocimiento, de la memoria. Y no en algo vivo, vívido. En realidad: ¨No he cambiado nada profundamente ni lo haré¨.
Pero si allí en esa observación, vemos aquello en su totalidad, lo que supuestamente queremos, lo que supuestamente no queremos, lo que ocultamos o posponemos a nosotros mismos, todo ese universo interior y exterior sin división alguna entre uno y lo otro, y lo vemos sin ya no estar ese que juzga. Entonces sólo existe ese ¨ver¨. Solo ¨ver¨, pero ¨ver¨ realmente, sin concusión, sin análisis. Así como se ve la corteza de un árbol, con todos sus detalles, su estructura, su textura, su olor, su absoluta realidad mas allá de lo que creamos, mas allá de la idea que tenemos de corteza, y así con profunda franqueza veamos lo que somos y no lo que deberíamos, lo que realmente somos. Allí en aquella observación profunda de lo que somos,  lo que tiene que morir en nosotros muere, se deja a un lado definitivamente. Como si uno fuera caminando por una senda, donde hay un pozo, uno esta algo distraído y en un segundo el cuerpo reacciona con su propia inteligencia de autoconservación, ¨ve¨el peligro, se detiene… ¿Será posible estar en contacto con esta inteligencia a la cual solo podemos tener acceso si somos libres, verdaderamente libres, para observar desde esa verdadera libertad, y desde esa absoluta responsabilidad ver el peligro de nuestros propios actos y pensar, y con esa inteligencia natural detenernos a tiempo? ¿Vemos el profundo egoísmo que existe en la la búsqueda de ascensión propia, en el propio entendimiento, esa carrera absurda tras la iluminación,  la salvación, el premio final la seguridad máxima?
¿Es el pensamiento el que ve? ¿Es la herramienta la que decide? ¿Es ese terrible miedo el que  bajará las barreras para que ¨entre¨ lo nuevo?  ¿Es el miedo el que bajara la guardia, tirará los muros que ha construido y dejara entrar el aire fresco? El miedo es una reacción ¿Una reacción a que será? ¿No será el miedo una  ignorante reacción al Amor ya que se ha creído por esa propia ignorancia distinto de Él? ¿Y si en realidad se da cuenta que no es distinto y por tanto deja de ser reacción y por tanto deja de ser? ¿Quién es esta entidad independiente temerosa, sola, enajenada, que ha levantado muros para sentirse segura y que su vez esos muros la han enajenado y ahogado aún más? Este que teme. ¿A que teme?  ¿A morir, a exitinguirse definidamente? ¿A quedar solo?… ¿A existido alguna vez esta entidad, este yo? ¿Realmente ha existido esta imagen de nosotros  mismos por si misma separada e independiente, distinta de todo lo demás?

domingo, 17 de octubre de 2010

Plantar en mi jardín

Es cierto, urge la necesidad. ¿Que es esta necesidad que urge? Algo necesario, es algo que no puede esperar. Vemos el mundo en que vivimos, vemos las relaciones que existen entre todos nosotros, etc. Es necesario indagar profundamente, seriamente, no en aspectos puramente intelectuales, esto es parcial, incompleto y limitado, el pensamiento en estas cuestiones es limitado porque se basa en la experiencia y nuestra experiencia es limitada, parcial. Es preciso indagar en esta comprensión que se encuentra en el observar libre de todo prejuicio. Observar todo nuestro condicionamiento, penetrar en ello. El conflicto es obvio esta ahí a diario, repleto de deseos personales, particulares opiniones, donde uno o bien es un líder o un seguidor. ¿Es posible andar juntos, caminar juntos? ¿Es posible vivir sin conflictos? Sin acceder forzosamente complaciente a cualquier cosa o sin convertirse en una persona absolutamente inaccesible? ¿Es posible observar este condicionamiento, esta tendencia al conflicto en nuestra propia vida, para lo cuál hay que prestar atención, dedicar una gran energía y decir :  ¨Es suficiente de eso, no tiene ningún sentido¨ y terminarlo definitivamente? Arrancar definitivamente de raíz  el miedo, para lo cuál hay que escabar profundo en nuestro jardín.

Me pregunto si es por miedo que uno busca comprensión. Quiero penetrar en esto del miedo psicológico, no escaparle, ni darle una razón, no justificarlo, terminar con él, disolverlo, saber si es posible vivir sin él. Ver su origen por uno mismo en el mismo acto de temer, no teóricamente repitiendo alguna frase que alguien dijo, sino acercándose lo mas que uno pueda al origen de todo este desorden. Este temor psicológico. Esta inseguridad existencial. Que nos perpetúa en la división y en la violencia. Que marca cada acto en nuestra vida.

¿Buscamos comprensión por miedo? ¿Es porque queremos escapar del miedo que buscamos comprensión? Miedo del miedo, es miedo. ¿Es el miedo el motor que va a intentar indagar en esta cuestión? Si es el miedo, todo este indagar es otra forma de escape, otro entretenimiento, como ir al cine. Ahora si es una honesta intención de investigar en ello ya que hemos visto por nosotros mismos todo lo que ha engendrado el miedo, e intuir firmemente que tal vez sea posible otra forma de vivir juntos, entonces el motor no es el miedo. ¿Que es el miedo psicológico? Esta sensación de inseguridad, esa incertidumbre, ese sentirse aislado. ¿Que es este necesitar seguridad psicológica todo el tiempo en un método, en un sistema, en una carrera, en un posición social, en mis influencias, en un grupo, en algo, en alguien, en un ideal… este nunca sentimos en el hogar, nunca sentirnos totalmente seguros, en calma, para poder desde allí actuar en cualquier dirección ya sea compleja o simple sin teñirla de nuestros propios prejuicios y temores. ¿Es posible sentirnos siempre en el hogar?  ¿Si no es el miedo, cual será el motor que ahora nos moverá a la comprensión, a querer penetrar en las terribles divisiones de nuestra propia vida, de nuestra sociedad, del mundo, para ver con claridad nuestro propio actuar, nuestra responsabilidad e implicancia en todo ello? ¿Cuál será el motor? ¿Será el Amor? ¿Y que es el Amor? O mejor dicho ¿que no es el Amor? Seguro que el Amor no es miedo.

sábado, 18 de septiembre de 2010

El Problema

¿Que hace uno cuando tiene un problema? Lo primero es tratar de resolverlo lo antes posible. O sea que la consigna es: Resolvámoslo rápido! (:D) El problema esta ahí y ya quiero resolverlo. ¿Cómo conoce uno un problema? El problema esta ahí, pero no queremos conocerlo. Queremos que se solucione. Y vamos tras el experto en problemas o el libro específico. Y esto puede ser útil. Pero esto viene luego, antes es necesario conocer el problema. Pero si yo no he conocido el problema, si no me he acercado a él lo suficiente. ¿Cómo comprender algo que no he observado de cerca? Que no le he prestado verdadera atención. Si uno presta atención a un problema, ve su solución.
Hagamos una distinción. Desde el punto de vista tecnológico: Se rompe un caño. Veo el agua salir. Se moja la pared, etc, etc. Se que es un caño roto, llamo al sanitario, soluciona el problema, me cobra. Si no tengo dinero, tengo que buscar dinero, cortar el agua, intentar solucionarlo yo mismo (si es posible) etc. (Si no tengo caños, ni casa, ni nada, no hay problema) Es decir llamo un técnico en el área y lo arreglo. Pero antes de llamarlo es preciso reconocer el problema.
Ahora, los problemas de la vida, donde se entremezclan aspiraciones, ideales, imaginaciones, frustraciones, utopías, suposiciones, condicionamientos, emociones, etc. Los reconozco, afectan mi vida. ¿A quién llamo? Algunos dirán al psicólogo o vaya  terapia, yo podría creer que luego de un proceso, así como le llevo al sanitario un proceso arreglar el caño, solucionaré mi problema. ¿Pero me he detenido realmente a observar mi problema o tratando de controlarlo, he llamado al técnico para que se encargue de él? Ayúdeme a resolver  mi problema digo al experto. Y el verdadero experto me dice: Su problema es el de toda la humanidad. Ahora que usted sabe que sus problemas de la vida son los de toda la humanidad, juntos podemos a través de la observación del problema ver su origen, no tratando de resolverlo o encontrar un solución, tolerarlo, hacerlo aceptable, sino ver su origen. Y para eso es preciso observarlo no como un enemigo a vencer, a tolerar, sino aprendiendo. Y la única forma de aprender es observando desde muy cerca, dejado de lado su solución. Es mucho más que probable que la propia obsevación de problema traiga con sigo la claridad de una solución no buscada. Darse cuenta de la solución de un problema no implica un proceso ya que el darse cuenta es inmediato en el momento que uno lo ve. Lo que puede llevar tiempo es el proceso de observación, de comprensión de su composición. A veces excusándonos en este proceso seguimos justificando nuestra ruines actitudes, aunque las entendamos como ruines, excusándolas en: Estoy en un proceso, pero cuando termine verán que bueno soy, me voy haciendo mejor persona progresivamente. Pero en ese proceso soy capaz de destruirlo todo. ¿Porque seguimos con nuestra estupidez e ignorancia? Es obvio que creemos obtener algún beneficio de nuestra acción. Es seguro que ese  beneficio esta apoyado en el más absoluto egoísmo.
¿Dedicamos algo de energía a la tarea de comprension de nosotros mismos? Y no dedicándole energía a ésto y siendo esto el pilar fundamental desde donde se crea la relación con el otro y esta relación hace a las sociedades y así el mundo humano, no será nuestro propio mundo interior expresando por doquier. La sociedades como el reflejo inevitable de nuestros propio mundo interno. ¿No será que nuestra intención e intensidad esta colocada en cosas absolutamente superfluas y así el mundo y con él las relaciones, se convierten en una transacción redituble, en un negocio, en un intercambio rentable, en un sistema de autómatas previsibles y temerosos de los propios males que han creado, creyendo que en la  seguridad de su programación, de sus sistemas iban  encontrar la verdadera Paz?

domingo, 12 de septiembre de 2010

¿Quién tiene el control?

Hemos aprendido a controlarnos. A controlar lo que decimos, lo que creemos, lo que hacemos. Nuestros estados de ánimo. A tratar de superarnos, a ser mejores, buscando una constante evolución en nuestra conducta, personalidad, espiritualidad y técnica.
Hemos creído que a través del control, teniendo bajo la mirada todas estas cosas, analizándolas y sacando conclusiones, tratando de entenderlas, para poder controlarlas, así como controlamos un lavaropas (bueno algunos) o desarmar una computadora (otros), tratando de que no se nos escape ningún detalle a nuestro dominio, íbamos a ser mejores.

Control es miedo. Control es inseguridad. Incapacidad de aceptar las cosas como son. Incapacidad de aceptar lo que Es. Con el control inevitablemente viene el conflicto entre lo que Es y lo que debería ser.
Si busco lo que debe ser (porque alguien lo dijo en algún lado) y así huyo o lucho con lo que Es, jámas voy a conocer lo que Es.
Si no conozco lo que Es. ¿Cómo comprender su naturaleza, su estructura? ¿Cómo saber si es posible realmente que se disuelva ese constante tironéo interno, sin escaparle, sin luchar, sin conflicto?

Entonces existe un conflicto entre lo que Es y lo que debería ser. Pero ese temor, o me lleva a la lucha con lo que Es para conseguir lo que debo, lo cual es conflicto, ira, ansiedad depresión, etc, o bien huyo hacia un ideal (inalcanzable porque siempre se puede mejorar, no estamos hablando de aspectos tecnológicos) lo cual es temor, un escape. Buscar  a través de cualquier medio la  justificación, en el escape o la lucha, una excusa para no querer ver lo que Es, se transforma en violencia de la mas explícita a la mas sutíl. Violencia.

El temor engendra violencia.

Del punto de vista del conocimiento técnico, dibujar, cantar , podemos aprender cierto procedimiento. Uno puede tener cierto control sobre estos conocimiento tecnológicos, acerca de algún área específica. Pero del punto de vista psicológico, del ego, la persona. ¿Cuál es el control que podemos tener sin que por esto no nos convirtamos en hipócritas,  siendo una cosa y mostrando otra, diciendo una cosa y haciendo otra.
Lo que Es se manifiesta inevitablemente en esta lucha  entre lo que Es y lo que creemos debería. Así se crea una sociedad en conflicto, hipócrita. Nosotros en conflicto interior. Nuestra relación en conflicto con los demás. (si a eso puede llamárselo relación) Y así la sociedad humana que vivimos.
Uno dice: pero si soy violento y no me reprimo voy a andar golpeando y maltratando a todo el mundo por ahí. Primero me preguntaría: ¿porque debe existir algo que nos diga que no debemos ser violentos? ¿Porqué sin el ¨no se debe¨ somos violentos? ¿Porque soy violento? ¿Que es la violencia? ¿De donde surge? ¿Cuál es su origen, su sustento? ¿Porque estamos tan condicionados por esta violencia? A mi me dijeron que para convivir no debo ser violento,etc. Y yo he aceptado esto sin chistar. Nos debe maltarar, pero se maltrata, no se debe asesinar, pero se asesina, no se debe ser violento, pero se es vilento, etc, etc. Resulta que soy violento por todo el condicionamiento de generaciones y generaciones. Mis padres, mis abuelos, mis experiencias que han sido violentas por diferentes motivos, a lo largo de la historia, de mi historia.  Desde las tribales de antaño hasta los conflictos tribales actuales. Sectas, grupos, partidos, estos, aquellos, nosotros, ustedes.
A la primera oportunidad que se nos presenta reaccionamos de forma violenta. Somos violentos, agresivos, y egoístas. Lo que Es surge inevitablemente. Véalo.

Creemos que el control va a solucionar todo esto. Porque el control que nos imponemos en nuestras vidas va a solucionar todos nuestros problemas. Nuestra violencia.  Mas cárceles, mas mano dura. Interiormente y exteriormente… Pero las cárceles crecen y la imposición, no regula el comportamiento. Porque el control no va a solucionar lo que Es. Ni forzarnos, ni autoexigirnos hasta que el estrés explote con nosotros va a solucionar nada, sino agravarlo. Torturarnos no va a hacernos mejores. Esforzarnos no va a hacernos mejores. Descansárnos tampoco.

Galileo sabía del sol, su heliocentrismo y así lo expresó. Pero frente a la posibilidad de la  tortura prefirió decir lo que debía y no lo que era. Sin embargo a pesar de lo que debía ser en aquel momento, negando lo que en realidad era, lo que ¨era¨ seguía siendo. Si Galileo lo confirmaba o no, no importa, si la inquisición lo negaba o no, no importa. Lo que Es, esta más allá de cualquier opinión, de cualquier deber.

¿Porque existe el conflicto entonces?
El conflicto ocurre cuando hay división. Dos cosas que pugnan por el control.
Por un lado lo que Es y por otro lado lo que debe.
¿Porque surge la división?
En nuestro interior nos vemos a nosotros como dos, por un lado la tristeza, ira, frustración, ambiciones personales etc. las emociones, todo el espectro de la conciencia humana y por otro lado el observador de  la tristeza, de la ira, de la frustración, etc. Esta es la división que hemos creado en nosotros mismos. El observador y lo observado.
Esto es sólo una creación mental que hemos buscado para escapar del problema, abstrayéndolo, separándolo posponiéndolo. Haciéndolo ajeno a nosotros mismos, con la intención de buscar  seguridad en ese observador al que le suceden las  cosas y el cual cree que esforzándose podrá superarlas a través de algún control sobre ellas. Luchando o escapando.
El observador y lo observado, el controlador y lo controlado, es conflicto, es violencia y se encuentra repleto de normas, rituales, métodos, sistemas.

¿Pero que sucede si el observador es lo observado? Que sucede si esta división que hemos creado entre lo que Es y lo que debería se disuelve por discernimiento, y mas aún, en un simple darse cuenta, para el cual es necesario tener una mente absolutamente libre.
Sin justificación, sin conclusiones, sin juicio de bueno o  malo, sin medida, sin comparación, si tratar de huir, evadir. Con una observación tan profundamente libre y limpia de acondicionamientos, tan absoluta que se pueda ver con claridad. Así como uno ve un hermoso paisaje, un atardecer, los detalles de una flor, etc. Y no le dice al paisaje, ni al atardecer, ni a la flor: Sé de una manera u otra.
Siendo lo observado y el observador, no hay división, no hay conflicto interno. ¿Qué puede hacer uno con una nube que pasa por el cielo celeste y se pone delante del sol? ¿Quién puede hacer que amanezca en una noche larga?

Si no hay división, no hay control, ni temor. Uno puede ver entonces con claridad lo que Es. Su composición, frustración, ira , depresión, insatisfacción, la no autorealización, egoísmo, etc, tratar de alcanzar la meta, el cielo, el nirvana.  Toda su estructura. Entonces uno no tiene la necesidad de ser violento. No es que digamos ¨voy a ser violento¨, en oposición al ¨no debo ser violento¨ que es lo que sucede (creyendo que esto es algún tipo de revolución contra el orden impuesto) Ni ¨no ser violento¨ debido que ¨no se debe¨. Lo cual también sucede y genera violencia, conflicto, control. Sino que se disuelva absolutamente toda violencia, todo conflicto, debido a que nos hemos acercado lo suficientemente a ella para comprenderla, ver su raíz, su origen, la profunda inestabilidad del Yo, su profundo temor buscando estabilidad, buscando seguridad en algo, en alguien, en una idea en un sistema que al ser hijo del pensamiento es tan cambiante e inestable como este.
Entonces no hay  la necesidad de controlarse, de reprimirse, porque no existe  la división, ni el conflicto, ni el temor y uno sabe lo que hace no porque deba , no porque este sometido, ni a una persona, ni aun jefe (:D), ni aun padre, ni a un dios, sino que lo sabe porque El Es.

Pd: No control, no es equivalente a descontrol. Somos tan limitados que cuando quitamos uno nos vamos a su opuesto. Si uno se disuelve por comprensión su opuesto también. ¿Como vivir sin control y sin descontrol? La noche puede ser larga, la nube puede posarse delante del sol pero la Luz sigue aquí.

martes, 7 de septiembre de 2010

Musica en los pies?

Pianista Liu Wei (link)

Mas allá de todo el show mediático.

Primero me doy cuenta que la música no esta en la habilidad de algún sector del cuerpo de alguien. Me pregunto dónde es que esta la música si es que está en algún lado, o si en realidad está en todos lados, o si la música está toda en nosotros, o si nosotros somos todo música. (Ojo esto no es una publicidad de Todo música!)

Y me pregunto acerca de ese orden de sonidos con todas su vibraciones sonando siempre en silencio hasta que alguien lo descubre. Así como uno descubre el orden de la salida del sol, del movimiento de las estrellas, de los ciclos de las cosas. Uno no los crea, no los inventa, sólo lo descubre, vaya tarea, para la cual hay que estar muy atento utilizando como herramienta de investigación el instrumento. Cada instrumento es una herramienta de investigación. Y el primer instrumento es el cuerpo.

Me doy cuenta de la importancia que le damos a las manos, que de hecho son increíblemente útiles como herramienta para realizar labores de todo tipo, pero al parecer su habilidad se ha desarrollado también gracias a la excesiva importancia que se le presta y así nuestra dependencia absoluta de ellas. Me pregunto en nuestras vidas: ¿Con cuantas cosas ocurre lo mismo? ¿A cuantas cosas increíblemente útiles les damos excesiva importancia y por tanto nos hacemos dependientes? Estoy cuestionando la dependencia de la ¨utilidad¨ que puede incluso limitarnos. Del punto de vista tecnológico se ha avanzado increíblemente, pero con él nuestras miserias también se han potenciado. Como encontrar verdaderas soluciones en lo ¨exterior¨ si en lo ¨interior¨ aún no lo hemos hecho, si aun existe el conflicto interno.

Me doy cuenta que no hay un solo camino para hacer las cosas, ni un solo método, ni sistema, ni requisitos indispensables para hacer algo que nos apasione. Y hacer algo que nos apasione no tiene porque ir ligado al éxito en el sentido del reconocimiento de la gente, ni en lo económico, ni en la vanidad de haberlo logrado, que todo lo distorsiona. En la acción de hacer, en ese instante donde lo que hacemos y somos es uno y el pensamiento no lo distorsiona con su análisis y ansias. En ese momento que hacemos ¨eso¨ que nos apasiona, sin división entre el que ¨hace¨ y ¨eso que se esta haciendo¨, donde no hay tiempo. Me doy cuenta.

También me doy cuenta que le prestamos atención, porque: ¨Pobre no tiene brazos que va a poder hacer en la vida¨
¨Pobre pero para no tener brazo que bien que toca!¨

Pero este ¨pobre¨ hace algo que nos emociona y sorprende, hace algo que nosotros mismos no podemos, muchas veces con nuestras manos, y es por eso que lo miramos sorprendidos. Dentro de nuestras increíbles potencialidades con manos, él sin ellas a llevado a limite nuestra incredulidad y ha puesto en evidencia nuestra incapacidad para salir de los moldes, de los patrones, de los métodos, de la tradición, para empezar no a creer que se puede sino a saber que no se sabe. Cuando uno sabe que no sabe, puede aprender.
Y a las manos no les queda mas que aplaudir. Y pienso ¨pobres¨ de nosotros.

Me doy cuenta que la música no necesita manos, que la música no la limita el cuerpo y que el trabajo de uno con sus herramientas es descubrir su ¨música¨ absolutamente libre de limitaciones sociales, culturales, las cuales hemos construido, creado o aceptado y luego perpetuado. La continuación de estas conductas sin siquiera cuestionarlas es comodidad, es pereza, e imponer esas conductas es violencia.

¿Acaso esperamos que nos ocurra algo realmente grave para darnos cuenta de la profunda Belleza de nuestras vidas?

Me doy cuenta que si él ¨puede¨ con sus ¨limitaciones¨,¨puedo¨ con mis ¨limitaciones¨. O será acaso que el poder y el control no tienen nada que ver en este asunto. ¿Qué poder o control tiene uno sobre el darse cuenta? Leer muchas veces una frase, tratando de entenderla, tratando de comprender lo que dice, ya que uno tiene control sobre insistir, esto no garantiza su comprensión. Digamos que uno conoce las palabras que conforman la frase, pero la combinación de ellas en la frase tratando de transmitir algo, a uno le resulta inaccesible a su comprensión. Uno trata de buscar en el pasado, en la memoria, la respuesta para esta nueva frase, algo similar, algo que nos permita avanzar en su comprensión, algo en nuestro viejo conocimiento. Pero buscamos en lo viejo una comprensión de lo nuevo. Y hasta que no nos liberemos de lo viejo, ¿cómo vamos a conocer lo nuevo? A menos que uno este atento y con una mente libre y por tanto fresca para descubrir, ¿como puede tener lugar el darse cuenta?
Será que las limitaciones estaban sólo en nuestro recuerdo, en esa experiencia traumática y tan subconsciente que continuamos repitiéndola bajito, al oído: No es posible, no es posible, no es posible. Las repetimos como autómatas porque eran parte de nuestra tradición, de nuestra programación, de nuestra experiencia, de nuestro conocimiento, de nuestra memoria, de nuestro pensamiento y luego de nuestra acción: No es posible.

Pero un día nos damos cuenta. Uno sólo se da cuenta si presta atención, no si obedece una orden, no si sigue un método, un sistema, no porque alguien se lo diga, no porque lo lea en algún lado. Sino porque uno mismo Es la Verdad.

¿Cómo las limitaciones van a poder controlarse a sí mismas? Este mismo que pretende controlar y dominar sus limitaciones es él mismo sus limitaciones, él mismo que desde el pasado, experiencias, conocimientos, memoria, aferrado a ellas por temor a lo desconocido, dice lo que es posible y lo que no. Hasta que uno no abandone todos sus condicionamientos, hasta que uno no les de muerte, a pesar de que perduren en la memoria, uno no puede aprender. Si para esto es necesario morir entonces hay que morir, morir en el sentido de terminar absoluta y definitivamente con algo. Pero puede seguir respirando con tranquilidad.

Lo imposible arranca a ser posible por el dedo gordo del pie que libre de condicionamientos, prejuicios, sale a la búsqueda del primer paso. El camino no es largo ni corto, el camino no existe, la existencia del camino marca una ruta, un método, un sistema. Este paso del que hablamos no tiene distancia.

¿Existe alguna norma que diga que el piano sólo puede ser tocado por las manos? -él se preguntó-
O bien morir ahora o vivir una vida maravillosa. - se respondió.

O bien vivir una vida muerta o vivir una vida donde la vida es Belleza.

domingo, 15 de agosto de 2010

Donde la palabra no llega

Es preciso, urgente, besarnos cuanto antes, abrazarnos cuanto antes. Mirarnos real y profundamente a los ojos. Escuchar lo que decimos. Tender nuestra mano. Compenetrarnos con la vida del otro. Esto no pretende tener un sentido romántico, ni sentimental, ni sexual. De todo eso ya conocemos. Lejos, muy lejos de eso es preciso abrazarnos para dejar de hablar de abrazos, es preciso besarnos para dejar de hablar de besos. Porque ni la palabra ¨beso¨ es el Beso ni la palabra ¨abrazo¨ es el Abrazo. Así como decir ¨te amo no es Amar. La palabra no es Eso y Eso no es la palabra. La palabra es pensamiento y el pensamiento no es sagrado. El Amor si lo es. La palabra amor no es Amor.
De todo esto no conocemos, porque sin conocimiento no hay pensamiento, sin pensamiento no hay palabras y sin palabras nos sentimos desamparados. Porque allí el silencio repleto de todo los sonidos lo ocupa todo y nos muestra todo tal cual Es. Porque sin pensamiento esta lo desconocido y tememos no conocer. Por eso vivimos en la rutina, por eso cultivamos la rutina, por miedo. Por eso nuestra vida es limitada y vamos experiencia tras experiencia buscando algo que nos renueve, pero esas experiencias son limitadas porque vamos en busca de ellas con el ancla en el pasado, con el ancla en lo conocido, con el ancla en el miedo. Y cuando esas experiencias nos aburren buscamos otras y siempre cambiamos de escenario, pero la película siempre vuelve al mismo punto. Porque nosotros no hemos realmente cambiado. Mientras exista el ancla del miedo no puede haber Amor. Mientras haya miedo no puede existir una verdadera relación, un verdadero aprender. Porque para que nazca lo nuevo debe morir lo viejo, para incorporar lo nuevo hay que desechar lo viejo. Si estamos llenos de lo viejo lo nuevo no puede ingresar. Que el pensamiento, la memoria cumplan su función práctica en la vida pero que no limiten nuestra vida. La vida no tiene limites, el pensamiento si. La vida no es bella, la Vida es Belleza, pero para conocerla es necesario salir de los viejos surcos, porque la vida no es pasado, la vida es ahora. Y para salir de esos surcos es necesario prestar atención ya que es muy fácil volver a caer en viejos patrones. Y prestando atención con todas nuestras energías, intención, mente corazón observamos realmente. Observar realmente, es observar sin justificar, racionalizar o condenar nuestros pensamientos, nuestras reacciones, nuestros sentimientos y así ellos nos cuenta nuestra propia historia. En ese darse cuenta, donde lo observado y el observador son lo mismo surge una comprensión silenciosa que culmina con todo conflicto interno. A este nivel ya no es posible seguir hablando ya que entramos en una dimensión donde a palabra no llega.