jueves, 14 de junio de 2012

Nuevas conexiones

Los días húmedos, fríos, son como una joya que en general la gente no quiere. En esos días casi inmaculados se puede apreciar con mayor facilidad el mundo, el mundo de verdad, ese mundo que esta fuera de la neurosis rutinaria, de la cotidianidad ciudadana, de la rígida estupidez que a veces pretende establecer cierta inercia cultural a las neuronas. Uno podría suponer que estas células no tienen nada que ver con el amor, con  su capacidad de establecer nuevas conexiones, con su capacidad de recrearse, su flexibilidad…, sin embargo sí. Cuando esa rigidez no existe, las neuronas están vivas, crecen se reproducen, establecen nuevas conexiones. Y si bien el amor, (aunque sí la palabra amor) no es una creación del cerebro, ni esta dentro del cerebro; eso que esta mas allá de la palabra y del cerebro, inunda la palabra y el cerebro desatrofiándolos. Entonces el cerebro es una herramienta viva que siempre esta aprendiendo, a cualquier edad, aunque jamas haya participado de la educación formal. Y es así que ese cerebro vivo, aunque no pueda “abrazar”, no va a imponer ninguna traba para que ello suceda; y cuando suceda, la percepción íntegra de ese “abrazo” establecerá otra nueva conexión y se creará un nuevo cerebro, que no estará estancado recorriendo los viejos surcos de ese disco rayado llamado condicionamiento.

2 comentarios:

  1. ¡¡Gracias por este hermoso regalo, gracias por este "abrazote" llenito de Amor! Te amo. Besos, abrazos y angelitosssss....

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  2. comparto con vos esto que dices, no es fácil desatrofiarse, se va a tientas en los pasos para abrir esas ventanas, para dejar que suceda, pero la intuición de eso siempre está latiendo. Parar, detenerse y respirar es un buen paso...

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